Si fuese pesimista la vida
acostumbraría a sorprenderme
de uno que otro regalito.
La estimo demasiado
parece, también acostumbro
a creer en que una hadita,
por fin gueón! se dignará a
hacer justicia divina, y me
levantará de tanto porrazo dado.
Pero en fin, mientras la espero
me daré mi gustito de una
supermegasobredósis de mongolísmo para el olvido temporal
y una maravillosa película del
maestro de maestros david lynch.
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